
Ella nació y se crió en un desierto árido y seco donde tienes que sumergirte profundamente para sobrevivir. Y en búsqueda de gotas de agua, encontró el oasis donde siempre volvió para encontrarse con esa imagen reflejada vívida, secreta y llena de cicatrices que le daba solidez, sabiduría y perspectiva sobre su existencia.
Ahora, no importaba a dónde fuera.